Las relaciones extraconyugales siempre traen una serie de problemas no solo al matrimonio, sino también a la vida misma. Pero sin duda, todo se complica más cuando, de esa infidelidad nace un hijo.
En esta ocasión, hablaremos de lo que pasa si tienes un hijo fuera del matrimonio estando casado. Veremos el caso desde un punto de vista legal y moral.
¿Cómo se le llama a un hijo fuera del matrimonio?
A los hijos que se tienen fuera del matrimonio se le denomina en muchas partes “hijo no matrimonial” o “hijo ilegítimo”, aunque este último se puede catalogar de despectivo. Estos son hijos cuyos padres biológicos no estaban casados cuando lo concibieron.
Ahora bien, estos tipos de hijos surgen cuando son concebidos por personas que no estaban unidas en matrimonio, y que, además, están en la actualidad casadas con un cónyuge (si se permite la palabra) que no es el padre del hijo.
¿Qué derechos tiene un hijo no matrimonial?
Durante mucho tiempo se han marginado a los hijos que nacieron fuera del matrimonio, ya sea por actos de infidelidad o por fornicación. Sin embargo, en la actualidad todo en este tema ha cambiado para mejor.
Los hijos fuera del matrimonio pueden y deben gozar de todos los beneficios de un hijo normal. De esta forma, da igual la naturaleza del vínculo, ante la ley todos los hijos son iguales. Y esto queda reflejado en el Artículo 39 de la Constitución Española.
Aunque, cabe mencionar que, por razones obvias, para que el hijo pueda gozar de todos los privilegios, debe estar reconocido por su progenitor. En el caso de que el hijo no esté reconocido, siempre se puede acudir a la ley, para que, por medio de un tribunal, se hagan las pruebas correspondientes para comprobar el vínculo sanguíneo entre padre-hijo.
¿Qué pasa si tengo un hijo fuera del matrimonio?
Ahora bien, desde el otro punto de vista, hay que reconocer que nunca resulta fácil el aceptar que se tuvo un hijo fuera del matrimonio en una relación extraconyugal. Y esto porque nunca nos gusta aceptar nuestros errores.
Pero también la causa se debe a la pena o la vergüenza que se puede sentir al reconocer el hijo, además del miedo a perder o haber dañado ya por completo la relación sentimental que se tiene con el cónyuge.
Estas son las razones que mueven a una persona a no reconocer la existencia de un hijo por fuera del matrimonio. Sin embargo, cuando esto sucede, el principal perjudicado es el mismo hijo, quien sufre el desprecio de su progenitor y tiene que vivir con esa carga emocional.
Por ello, en caso de que tuviste una aventura amorosa fuera del matrimonio y que, de esa aventura salió un hijo, lo mejor que puedes hacer es acudir a hablar prontamente con tu cónyuge. Conversando se solucionan los problemas y si le avisas rápidamente, el impacto emocional que pueda sentir tu pareja por la infidelidad será menor que si luego se entera por otros medios.